Estos test genéticos nos permiten estudiar marcadores genéticos asociados a la calidad del sueño como el insomnio, la duración del sueño profundo o el movimiento durante el sueño. El estudio de posibles alteraciones genéticas en estos factores puede aportar información sobre cómo se regula nuestro ritmo circadiano y cómo el organismo reacciona nuestros patrones de sueño-vigilia para así poder adaptar nuestros hábitos y optimizar nuestro descanso.